Este mes dedicamos nuestra entrevista a Antonio Luque,
director de la empresa Encarte Producciones. Esta empresa es la encargada de difundir,
dinamizar y acercar la colección de Arte Contemporáneo de la Fundación a todos
los públicos desde el año 2010. Os dejamos con esta interesante entrevista que
permite conocer mejor la profesión de educador de museos, aún muy desconocida.
FVM: ¿Qué
es para ti un educador en Museos?
AL: Es la persona encargada de
hacer accesibles al público los contenidos propuestos por el museo. Los museos
son instituciones vinculadas a la educación, la figura del educador es
fundamental para decodificar el lenguaje especializado que usan. Como plantean
Roser Gort y Miquel Sabaté en su reciente publicación "Museo y
comunidad" los educadores de museos, que tienen a su cargo los
departamentos de educación y acción cultural, han ido adquiriendo durante los
últimos tiempos mayor visibilidad y peso específico en las dinámicas internas
del museo.
FVM:
¿Cómo comenzaste en el mundo de la Educación en Museos?
AL: Estudié Historia del Arte por
vocación, pero tuve que compaginar los estudios universitarios en horario de mañana
con trabajos como monitor de actividades extraescolares en horario de tarde por
obligación (de algún modo tenía que autofinanciarme). Descubrí inmediatamente
que me gustaba ese contacto directo con el sector educativo y que no se me daba
del todo mal trabajar con los más pequeños. Me propuse compaginar mi formación
académica con mi experiencia profesional y así, poco a poco, surgió la idea: me
marqué como objetivo ejercer como historiador del arte con niños y niñas. Como
siempre he sido un defensor del autoempleo, dedique un tiempo a recibir la
formación necesaria para poder crear mi propia empresa. Con mucho tesón
conseguí el primer proyecto al dinamizar una exposición organizada por el
Ayuntamiento de Sevilla; por los resultados obtenidos fuimos contratados por la
Fundación laCaixa para la atención de grupos en sus exposiciones itinerantes y
desde ese momento se empezaron a abrir nuevas puertas en la Fundación Cajasol,
el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, el Archivo General de Indias, el
Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico o la Fundación Valentín de
Madariaga. Y próximamente en el Pabellón de la Navegación.
FVM:
¿Cuándo comenzaste tu relación laboral con la Fundación??
AL: El equipo que componemos
Encarte Producciones siempre ha mostrado una especial sensibilidad hacia el
arte contemporáneo. Más de 6 años de experiencia en el CAAC, los servicios para
la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla o la programación de
exposiciones de la Fundación Cajasol, nos han permitido desarrollar
innumerables propuestas educativas en esta línea. Cuando pudimos conocer la
calidad de la colección MP vimos un gran potencial. En 2010 hicimos una
propuesta al área de cultura de la Fundación Valentín de Madariaga que
materializamos en una actividad piloto a finales del curso el curso 2010 con la
que empezamos a dinamizar la sala de exposiciones. Gracias a la excelente
acogida que han tenido desde entonces nuestras propuestas, la Fundación VMO
tiene establecido este servicio de forma continuada.
FVM: ¿Crees
que en España se le da la importancia adecuada al estudio e investigación en
materia de educación y difusión en Museos y Centros de Arte?
AL: Bueno, la realidad es que ha
mejorado mucho. Por ejemplo, cuando yo comenzaba hace ahora diez años, era
prácticamente imposible encontrar un museo en Andalucía que tuviera establecido
algún tipo de departamento de educación o siquiera una oferta educativa
estable. Igualmente era muy difícil adquirir una formación tan específica.
Afortunadamente eso ya no es así, pero se podría hacer más y mejor. Tenemos que
ser conscientes de que los Museos y Centros de Arte existen gracias al público
que les da razón de ser. Por tanto no podemos olvidarnos de la importancia que
adquieren las profesiones relacionadas con la comunicación, la difusión o la
educación. Hay colecciones magníficas y exposiciones de gran interés que
parecen pensadas sólo para un público especializado. Una mediación que
decodifique los contenidos y los democratice para hacerlos accesibles a un
público más amplio es vital.
FVM:
¿Cómo se puede acercar el arte al ciudadano sin un elevado coste?
AL: Consideramos tan importante
que el arte se encuentre con la sociedad que hacemos todo lo posible por
normalizar esta relación desde las edades más tempranas, desde la Educación
Infantil y Primaria a las que prestamos especial atención. Durante diez años
hemos hecho todo lo posible para que estos servicios lleguen de una forma
totalmente gratuita, al menos, a los grupos de centros de enseñanza. Ante la
situación económica actual, la gratuidad de la cultura es un logro al que
tendremos que renunciar. Aún así, en el caso de Encarte Producciones hemos
replanteado el modo de financiar estos servicios para que lleguen a sus
destinatarios al precio más reducido posible. En Encarte Producciones hemos
establecido una 'tarifa plana' de de bajo coste, 2,50 €, para evitar que el
acceso al arte se convierta en un privilegio reservado a élites.
AL: En todos los ámbitos existe
intrusismo y más con las actuales cifras de paro. Es habitual encontrar
personas que por su propia cuenta o unidas en algún tipo de colectivo
(asociaciones culturales, profesionales jubilados y otros colectivos en
exclusión) atienden a los grupos que acuden a los museos. Aunque actúen con la
mejor de las intenciones, en ocasiones pueden desvirtuar el trabajo de los
profesionales de la educación de museos por poseer conocimientos escasos o
desactualizados. Creo que la cultura en nuestro país es un activo que puede ser
aprovechado para generar empleo. Pero en el caso particular de la educación de
museos poco se puede hacer por profesionalizar un servicio si esos posibles
empleos son ocupados por personas que actúan, en la mayoría de los casos, desde
el voluntariado. Flaco favor se hace al pretendido tejido industrial cultural
permitiendo, incluso fomentando, estas acciones.
FVM:
¿Cuáles son los principales problemas que se encuentra un educador de museos?
AL: Actualmente el principal problema
al que nos enfrentamos los educadores de museos y casi cualquier otro
profesional es la falta de financiación. Obviando ese problema creo que, en
general, somos poco tenidos en cuenta. Aportamos alegrías, cifras, caemos bien,
conocemos las necesidades de quienes visitan el museo o sala de exposición…
pero nadie nos consulta y pocos profesionales estarían dispuestos a hacer su
trabajo teniendo en consideración lo que dicen 'los monitores' que van con los
niños. Desde errores de montaje e iluminación hasta de redacción de paneles y
cartelas. Pero es algo a lo que estamos más que acostumbrados y que, en cierta
medida, hacen más necesario nuestro trabajo.
FVM:
Tendrá miles de anécdotas en los múltiples proyectos que ha realizado, ¿Nos
cuenta una?
AL: No sabría elegir sólo una,
son muchos años y muchas exposiciones y en cada una vivimos bastantes anécdotas
interesantes. En general las aportaciones de los más pequeños siempre son las
más sorprendentes y casi me atrevería a decir que de las que más aprendemos.
FVM:
¿Cómo ves el futuro de la educación y la didáctica en los museos y centros de
arte?
AL: En este sector, como en
cualquier otro, el futuro es incierto. Soy de espíritu optimista, pero la
realidad es la que es. Cuando miro a mi alrededor, lamento los pasos atrás y la
celeridad con la que se está fulminando lo que tantos años costó construir.
Vendrán tiempos mejores, no queda otra.
AL: La principal dificultad es
trabajar con públicos con opiniones ya formadas porque, generalmente, rechazan
el arte actual como se rechaza todo lo desconocido. Desmontar todos sus
prejuicios es doblemente gratificante. La principal ventaja es que el arte
contemporáneo facilita mucho la reflexión sobre temas de plena vigencia,
fomenta el espíritu crítico, posibilita trabajar contenidos abiertos y con
discursos en construcción. Como las expectativas suelen ser bajas es muy
enriquecedor que al terminar una visita el público valore tan positivamente la
experiencia.
AL: Precisamente en eso consiste
nuestro trabajo, en identificar y conocer a los distintos tipos de público y
adecuarnos a ellos. Debemos realizar las adaptaciones pedagógicas pertinentes y
utilizar el tipo lenguaje que cada caso requiera. Si esta labor está bien hecha
resulta igual de satisfactorio trabajar con niños que con adultos. Como decía
antes, desmontar los prejuicios de un grupo de adultos es altamente
gratificante y por otro lado trabajar con niños y niñas es maravilloso porque
son muy receptivos y no tienen miedo de hacer cualquier aportación.
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